Son muchos los estudios a realizar finalizando el embarazo, entre ellos se encuentran la prueba de monitores al final del embarazo. Una prueba de control semanal, que suele conocerse entre las embarazadas, muchas de ellas las denominan “ir a monitores”. ¿Sabes cómo se ejecuta y su finalidad?

Monitores al final del embarazo

Si deseas saber un poco más acerca de ella, checa este apartado, encontraras un poco más de información en este apartado. Además, conocerás algunos tips, que serán necesarios, para un desarrollo adecuado de tu bebé al final del embarazo

¿Monitores al final del embarazo, en que consiste el control preparto?

Es una prueba donde la futura mamá se coloca en una camilla acostada con cintas elásticas sobre la barriga, las cuales tienen incorporados dos transductores. Uno para controlar el latido fetal y otro para analizar la actividad uterina. Este análisis dura por lo menos unos 30 minutos.

Monitores al final del embarazo

Durante este tiempo se va grabando todos los datos proporcionados por los traductores. En algunas ocasiones nos piden que pulsemos un botón conectado al monitor cada vez que notemos que el bebé se mueve.

El buen desarrollo fetal puede estar adecuado si posee una frecuencia cardíaca de entre 120 y 160 latidos por minuto. Además si aparecen entre cinco o más movimientos del bebé en dicha media hora que dura la monitorización.

Recomendaciones y datos necesarios

Es necesario haber desayunado o comidas comida o bebida dulces. Esto para promover los movimientos fetales, y además vigilar las contracciones anteriores durante la fase activa dilatada

Monitores al final del embarazo

El ginecólogo nos ayudarán a distinguir dichas contracciones, más suaves e indoloras producidas a partir de la segunda mitad del embarazo. De aquellas contracciones preparto, fuertes y que anuncian que el parto está cercano.

Monitoreo fetal interno, un estudio más exhaustivo

Los médicos durante el trabajo de parto creen que los latidos del corazón del bebé necesitan ser examinados más de cerca, es necesario este estudio. Se fija en la porción superior de la cabeza del bebé un electrodo que pasa a través del cuello del útero para monitorizar directamente los latidos fetales.

Aunque esto sólo es posible si hay rotura del líquido amniótico y si el cuello tiene una dilatación adecuada. Este puede ser más cómodo para revisar el ritmo cardíaco. Una de las piezas alrededor del abdomen es eliminada, permitiendo en la embarazada más libertad de movimiento. De esta manera se hace un correcto monitoreo y se previene el riesgo de muerte fetal.