Muchos padres piensan que una insolación en niños puede darse más en verano, pero la realidad es que una insolación puede darse en cualquier época del año. Una insolación también es conocida como un golpe de calor, pero hay que saber diferenciar una de la otra, en cambio, un golpe de calor puede dar por ejemplo dentro de un coche y una insolación ocurre por estar expuesto directamente bajo el sol.
Por eso, es muy importante que todos los padres sepan cómo deben actuar ante una posible insolación en los hijos. Es primordial detectar los síntomas y actuar rápido para evitar que de una insolación se pase a un golpe de calor y que las consecuencias físicas sean mucho más peligrosas. Aquí te explicaremos paso a paso que se puede hacer al presentar esta insolación en los niños.
Índice
Insolación en niños ¿Cómo puedes actuar?
Retírelo del sol y busque una zona con baja iluminación natural con fresco, túmbelo boca arriba y quítele la ropa. Hay que bajarle la temperatura corporal con paños de agua tibia. En caso de no haber perdido el conocimiento, ofrézcale agua o bebidas en pequeños sorbos. Si ha pasado 10 o 15 minuto y sigue permaneciendo decaído, confuso, sigue teniendo la temperatura elevada y su respiración rápida, es posible que se trate de un golpe de calor. En esta circunstancia, hay que buscar ayuda hospitalaria urgente para evitar complicaciones.
Síntomas de la insolación en niños
- Cansancio y/o debilidad
- Mareos
- Disminución de la presión arterial
- Dolores de cabeza
- Calambres en el cuerpo
- Malestar
- Sudoración abundante
- Frecuencia de ganas de tomar agua
- Aceleración del pulso
- Orina de menor frecuencia y de color más oscura
¿Qué riesgos tiene la insolación y qué puedo hacer para prevenirla?
Genera un desequilibrio muy grande en el organismo del pequeño. De este modo, se vuelve incapaz de regular la temperatura y de cumplir con las funciones vitales que aseguran su funcionamiento adecuado.
Una insolación en niños también puede causar inconvenientes muy graves, como quemaduras de la piel y enfermedades relativas a ellas. También ha sido relacionada a problemas cerebrales y hasta la caída en coma por algunos expertos.
En los meses de verano, los niños no deben exponerse a los rayos solares entre las 11 y las 17 horas. Además, es necesario que los momentos en los que lo hagan no sean mayores a dos horas; siempre, por supuesto, es obligatorio el uso de protector solar. Es importante darle mucha hidratación durante ese tiempo que pase bajo el solo para prevenir esta.
Preste atención a su comportamiento, si el pequeño se siente fatigado o con algún malestar, ubíquelo debajo de los rayos solares por un rato, hidrátelo y espere que se refresque.