A pesar de ser un fenómeno muy poco común, el embarazo psicológico existe, y sobre todo en mujeres con fuertes deseos de concebir. La ilusión constate de convertirse en madre puede convertirse en síntomas reales con cambios hormonales y físicos en el cuerpo.
En ocasiones el pecho puede aumentar, de igual manera la barriga e incluso sentir mareos y nauseas. Los también conocidos como embarazos utópicos, imaginarios o síndrome de Rapunzel, aparecen cuando una mejor cree encontrarse en estado de gestación y en realidad no estarlo.
Índice
¿Qué causa un embarazo psicológico?
Las mujeres con patologías médicas que les impiden quedar embarazadas suelen desarrollar deseos inherentes de concebir un bebé.
Esta condición les hace considerar que realmente se encuentran embarazas y determinan buscar especialistas que diagnostiquen un estado de embarazo real.
A este numeroso grupo de mujeres podemos añadir aquellas que sufren de menopausia precoz o se rodean de entornos difíciles con su pareja y consideran que con la llegada de hijo podrán solucionarlo.
A su vez las chicas de temprana edad que sienten temor de quedar embarazada.
¿Cuáles son los síntomas del embarazo utópico?
Los síntomas que las mujeres con síndrome de Rapunzel padecen son similares a los de un embarazo normal:
- Falta de ovulación
El cerebro hace descender las hormonas que estimulan la ovulación femenina, por ende, comienza a desaparecer la menstruación.
- Aumento en el tamaño de la barriga
La posición que adopta la mujer al creer que esta embaraza y la distensión de los músculos abdominales, hacer crecer la barriga en su tamaño, solo faltando la inversión del ombligo.
- Cambios en los senos
Comienza a aumentar el tamaño de la aureola mamaria, existe mayor turgencia y secreción de leche.
- Sensación de movimientos en el vientre
- Aumento de peso
- Náuseas y acidez
¿De qué manera es tratado un embarazo psicológico?
En primer lugar, debemos verificar que realmente no existe un embarazo. Para ello, realizamos pruebas caseras o exámenes médicos que por lo general suelen ser negativos en estos casos.
Aunque se considera que algunos casos pueden presentar rastros de la hormona gonadotropina, la cual se encuentra durante el embarazo. Por lo tanto, algunos resultados de prueba de sangre y orina pueden resultar positivos.
La manera más efectiva de descartar un embarazo real, es mediante una ecografía. Ahora bien, el embarazo psicológico difiere de una patología netamente mental. Por ende, el ginecólogo debe comprender la situación del paciente y referirlo a un especialista en salud mental.
A su vez, apoyar a la mujer en todos sus ámbitos y relacionarla con personas de situaciones similares, le ayudaran a asimilar rápidamente el problema.
En conclusión, al ser el embarazo psicológico un trastorno mental con base en una depresión severa, no existen fármacos que puedan curarlo.
Por lo que deben ser los profesionales médicos y familiares de la paciente, quienes ayuden en el proceso de recuperación de la tratante.