¿Qué es el síndrome del niño hiperregalado? Los regalos y las sorpresas pueden formar parte de la vida de los niños. Esta abundancia no solo puede estar presente durante la Navidad, sino también en el cumpleaños y en otros periodos del año. Un exceso que resulta contraproducente porque resta valor al regalo en sí mismo.
Por ejemplo, puede ocurrir que el niño tenga tantos juguetes que en realidad pronto se aburre de jugar con cada uno de ellos tan acostumbrado como está a la novedad constante. Esta tendencia de regalar en exceso a los niños muestra la rutina de comprar como un hábito por parte de los padres. Un estilo de vida que pone en valor el tener.
La infancia es una etapa de aprendizaje, también en relación con la inteligencia emocional. Un tipo de inteligencia que es muy necesario en todas las etapas de la vida, también en la madurez. ¿Y qué un ocurre cuando un niño siente que todos sus deseos se hacen realidad de manera inmediata gracias al deseo concedido de un regalo? El niño se acostumbra a la inmediatez de tener aquello que pide. Por ello, en la situación contraria experimenta el sentimiento de frustración y enfado.
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Consecuencias del síndrome del niño hiperregalado
¿Y por qué es tan importante evitar esta abundancia constante de regalos? Porque más allá de cualquier deseo de sobreprotección o del propósito de transmitir felicidad a los niños a través de este exceso de sorpresas, el mejor regalo que los padres y madres pueden ofrecer a sus hijos es el tiempo. Tiempo para educar, compartir, jugar, guiar, acompañar y expresar emociones. En definitiva, tiempo para vivir la ilusión cotidiana de la familia.
El síndrome del niño hiperregalado que podría describir el cuento de aquel niño que tiene absolutamente todo lo que pide y desea, tiene la moraleja en la etapa adulta de que la vida, por sí misma, marca sus tiempos, sus límites y sus circunstancias. Y el ser humano debe ser capaz de gestionar este tipo de factores externos para no quedarse estancado en la frustración que produce el límite.
Por tanto, las consecuencias de este síndrome van más allá de la infancia, pudiendo tener una consecuencia en la adolescencia y en la etapa adulta.
Cómo evitar el síndrome del niño hiperregalado
1. Regala más libros a tu hijo. Cuentos y lecturas que educan en valores de felicidad, amistad e inteligencia emocional. Además de estos regalos también puedes reforzar el hábito de visitar la biblioteca con tu hijo para llevar libros en casa a través de la fórmula del prestamo.
2. ¿Si el mejor regalo que puedes hacer a tu hijo es el tiempo, entonces, organiza tu agenda para poder compartir más instantes de calidad con el niño. A través del tiempo ofreces a tu hijo el mejor regalo: el presente.
3. Reduce el número de regalos buscando en cada uno de ellos un sentido positivo.