La palabra microcefalia quiere decir cabeza pequeña, o también cerebro pequeño, y es una patología neurológica que afecta a fetos en desarrollo. Estos recién nacidos tienen una circunferencia cefálica más pequeña de lo normal. Estas medidas son especificas según la edad y el sexo y debe estar por debajo del percentil común.

¿En que afecta la microcefalia al bebé?

No solo significa que hay una pequeña cabeza sino que tanto los huesos como el cerebro son anómalos. Los huesos del cráneo de un bebé son mucho más blandos cuando nace y también con pequeñas protuberancias. Por otro lado el cerebro es sub-desarrollado, por lo que se ve que hay cierto déficit en ellos.

Los bebés pueden tener problemas de motricidad tanto fina como gruesa durante su desarrollo y crecimiento. También pueden tener dificultad en hablar cuando van creciendo, y posiblemente no hablen bien hasta los tres años. Puede que su desarrollo cognitivo conductual se atrase dependiendo del nivel de microcefalia que tengan.

¿Cuáles son las causas de microcefalia?

Además de la ya conocida causa, que es la infección materna por virus Zika que explicaremos más adelante, existen otras muchas causas.

Pueden ser los trastornos genéticos heredados por los padres del bebé, como las trisomías 18 y 21. También está el Síndrome de Down muy conocido y otro conocido como Síndrome del maullido de gato.

Por otro lado también están ciertas circunstancias de salud de la madre que pueden llevar al desarrollo de microcefalia. La intoxicación con metilmercurio, que aunque rara, se ha demostrado que puede causar microcefalia si la mujer se encuentra embarazada.

La infección por citomegalovirus, toxoplasmosis o rubeola dependiendo de la edad de gestación puede pasar de la madre al feto. Esto puede causar mutaciones y trastornos del desarrollo en el feto y dar como resultado un recién nacido con microcefalia. El uso continuo de medicamentos teratógenos por parte de la madre también puede causar esta patología.

¿Pronóstico de vida de bebés con microcefalia?

microcefalia durante el embarazo

El pronóstico de vida de un recién nacido con microcefalia dependerá de la asistencia familiar y médica. También de la propia capacidad que tenga el bebé de superar sus limitaciones debido a la microcefalia. Se ha estimado que solo un 15% de los que nacen con microcefalia tienen posibilidades de desarrollar una inteligencia normal.

Lo que también afecta a estos recién nacidos son las altas posibilidades de desarrollar otras enfermedades. Y es que la simple infección por un virus común lo lleve a tener episodios febriles que causaría la muerte. Esto es debido a que su cerebro y su sistema nervioso están poco desarrollados y la fiebre lo afecta más fácilmente.

Estadísticas de la incidencia de la microcefalia

Según la OMS los casos de microcefalia en todo el mundo son muy raros debido a sus causas. A nivel mundial se da 1 caso entre 30.000 y hasta casi 250.000 en recién nacidos, aunque las probabilidades aumentan demográficamente. Es decir, dependiendo de la zona donde vivas las probabilidades de sufrir esta patología cambian.

Las causas en Latinoamérica varían dependiendo de dónde te encuentras, ya que es comúnmente producida por virus Zika o exposición a mercurio. Como lo dijimos el contagio con virus Zika en países tropicales como Brasil puede aumentar la incidencia. Y es que al año en la provincia de Pernambuco se detectan 10 casos de microcefalia en recién nacidos.

En cambio en países europeos es común que aparezca por translocaciones genéticas hereditarias, o también por deficiencia de minerales. En Estados Unidos 2 de cada 10.000 bebés tienen microcefalia, en Reino Unido 1 de cada 10.000.

¿Existe tratamiento para la microcefalia?

Lo cierto es que no existe tratamiento definitivo que revierta la craneosinostosis, es decir el cráneo pequeño, pero las cirugías son consideradas. Durante estas cirugías se busca colocar prótesis que ayuden a ver el cráneo mucho más normal. Pero esto no resuelve el desarrollo cerebral limitado y que se verá, en todos los sentidos, afectado.

Lo ideal es que a pesar de las dificultades cognitivas que pueda desarrollar el bebé reciba apoyo de especialistas. Ya sea en terapia física debido a los problemas motores, también terapia de lenguaje desde temprana edad. En cuanto a los padres deben recibir ayuda psicológica sobre las complicaciones que esta malformación acarrea sobre el bebé.

Deben estar siempre preparados para episodios de convulsiones o epilepsia que pueden aparecer de la nada. También con el tiempo y el crecimiento estos bebés pueden resultar muy hiperactivos y necesitar supervisión continua y rigurosa. Para evitar que se hagan daño, estos trastornos pueden ser tratados con medicamentos.

Detección de microcefalia y realización de aborto

Con la epidemia de Zika en latinoamerica de hace unos años se vió que muchas embarazadas fueron afectadas por el virus. Al nacer los bebés de las mismas se notó que presentaban microcefalia y la causa aparente era el virus Zika.

En muchos de esos países se empezó a considerar la viabilidad de permitir el aborto a pacientes que presentaran esta patología. Ello fue porque debido a las posibilidades de vida del feto y su desarrollo y por las altas probabilidades de muerte al nacer. Pero lo cierto es que a pesar de esto otros países no permitieron el aborto para estos casos. En Colombia, por ejemplo, se prohibió la práctica del mismo a madres afectadas por el virus, a pesar de su petición.

Microcefalia y el virus Zika

virus zika y la microcefalia

Durante la epidemia de Zika en Brasil en el 2015 se determinó un sorprendente incremento de incidencia de microcefalia. Desde entonces se buscó si había alguna conexión. A pesar de que la OMS no lo confirmo, los científicos brasileños lograron demostrar que el virus ataca agresivamente las células nerviosas en el desarrollo del embarazo causando la microcefalia.

Incluso en Barcelona nació un bebé con microcefalia de una madre infectada con virus Zika durante la gestación. Este fue un dato confirmatorio de que, en un país europeo aislado, se dió la patología por el virus Zika.

Hay que destacar que después de este contagio no hay evidencia de que el daño neurológico se presente en gestaciones siguientes.