Muchos bebés en todo el mundo son propensos a tener enfermedades de la piel como la dermatitis atópica, sobretodo durante los primeros meses de vida.

Esta enfermedad es de base genética y su principal característica es que genera un intenso picor y lesiones de tipo eccematoso en la piel.

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica y que no solo ataca a los bebés, sino que puede reaparecer en la edad adulta.

Dermatitis bebés

La piel se ve muy seca y acompañada de granitos

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica o eccema atópico es una enfermedad inflamatoria de la piel, no contagiosa y de carácter hereditario. Está asociada a una piel seca y fácilmente irritable.

Generalmente, en la enfermedad, se alternan etapas de mejoría con otras de empeoramiento o brotes agudos. Esto ocurre cuando la dermatitis atópica continúa durante toda la vida de la persona.

En los bebés las lesiones de la piel aparecen en las mejillas, la barbilla, los muslos, los brazos y el abdomen. Esta localización de las lesiones evoluciona y suelen desaparecer con la edad.

¿Cómo saber si el bebé padece de dermatitis atópica?

Durante el segundo o tercer mes de vida ya se pueden observar que algunos bebés tienen problemas en la piel. Sobre todo predomina el picor o el prurito.

Las lesiones eccematosas aparecen en la cara, especialmente en los bebés más pequeños, en las manos (cuando empiezan a tocar objetos o alimentos), en el pliegue del codo, detrás de las rodillas, tobillos o muñecas o en la parte posterior de la oreja o en el orificio de los pendientes.

Dermatitis bebés

Esta enfermedad es de base genética

Lo más evidente es que la piel suele verse muy seca y a veces acompañada de granitos, al estilo de la llamada “piel de gallina” en brazos y muslos. En el verano se suelen ver las lesiones de manera más claras.

Tras una observación el médico podrá dar el diagnóstico sin que haga falta hacer otro tipo de estudios al bebé.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas principales son:

  • Picor muy intenso
  • La picazón es tan fuerte que el bebé no puede dormir
  • El niño comienza a rascarse de manera desesperada y se provoca heridas sangrantes
  • Piel muy seca
  • En lactantes aparecerán los eccemas sobre todo en mejillas, aunque con el tiempo de extenderán a brazos y tórax.
  • Grietas detrás de las orejas
  • Sarpullidos en las mejillas, brazos y piernas
  • Erupciones en el cutis y en la piel detrás de las rodillas
  • En casos muy graves, la piel de los niños puede infectarse con bacterias

¿Qué tratamientos hay para la dermatitis atópica?

Lo principal es poder sanar la piel del bebé y prevenir los brotes. Existen distintos tratamientos, según si la enfermedad se presenta de forma leve, moderada o grave.

Cuadros leves: se harán cuidados generales de la piel ayudando a una hidratación permanente y previniendo la irritación.

Cuadros moderados o con picor intenso: a lo anterior se deberá suministrar al bebé un antiinflamatorio -generalmente un corticoide- en crema o pomada (por vía tópica) y un antihistamínico por vía oral.

Cuadros intensos: el médico recurrirá a los corticoides por vía oral. Se administrará durante periodos de tiempo breves y a las menores dosis posibles.

Otras alternativas de tratamiento

  • Luz ultravioleta
  • Uso de inmunosupresores como la ciclosporina por vía oral
  • Alejar al bebé de los desencadenantes de los brotes