Las anomalías congénitas forman un grupo heterogéneo de patologías de origen prenatal, que suelen ser de baja frecuencia. Las anomalías congénitas pueden ser estructurales o funcionales. Las primeras implican cambios morfológicos que afectan a determinados tejidos, órganos o a varios órganos del cuerpo. Algunos ejemplos son la hidrocefalia, la espina bífida, el labio y/o paladar partido, la cardiopatía congénita.
Por otro lado, las anomalías funcionales congénitas son aquellas que interrumpen los procesos biológicos de forma más débil que las que no implican ningún cambio en la forma; implican cambios metabólicos, hematológicos e inmunológicos.
Algunos ejemplos son: hipotiroidismo congénito, retraso mental, reducción del tono muscular, ceguera, sordera.
Las malformaciones congénitas también pueden clasificarse según los órganos o sistemas que las afectan, así hablamos de malformaciones congénitas del sistema nervioso, circulación, vías respiratorias, aparato digestivo, cara y cuello, órganos genitales, sistema urinario, músculos.
Se desconoce el origen de muchas de estas anomalías, y además existe un amplio y complejo abanico de causas diferentes. Pero se sabe que los efectos del consumo de alcohol, el tabaco, ciertas drogas, la radiación, las infecciones como la rubéola y el citomegalovirus, o las enfermedades maternas como la epilepsia y la diabetes aumentan el riesgo de anomalías congénitas.
Dejar de fumar durante el embarazo
Prevención de anomalías congénitas
- En relación con el punto anterior, existen medidas generales que contribuyen al buen desarrollo del feto.
- Se trata de los hábitos de vida saludables de la mujer antes y durante el embarazo, con una dieta equilibrada y una actividad física moderada, sin el consumo de alcohol y otras drogas, sin fumar y sin efectos secundarios.
- El uso racional de las drogas, tanto en la mujer en edad fértil como durante el embarazo, ayuda a prevenir las anomalías congénitas. La medicación necesaria debe ser prescrita por un médico y nunca debe ser administrada por la propia paciente.
- La suplementación con ácido fólico es muy importante, tanto en el período previo a la concepción como durante los primeros meses del embarazo.
- El ácido fólico no sólo reduce las anomalías congénitas del tubo neural, sino también otras anomalías congénitas, como las del corazón.
- La deficiencia de yodo durante el embarazo y la primera infancia puede provocar hipotiroxinemia, que tiene un efecto negativo en el cerebro en desarrollo. Se recomienda recomendar suplementos para las mujeres embarazadas que no alcancen las cantidades recomendadas de yodo en su dieta.
- Evite la exposición a la radiación ionizante durante el embarazo. Puede representar un riesgo para el feto dependiendo de la dosis y el tiempo de exposición.
- Evite la exposición a químicos tóxicos siguiendo las reglas de prevención en el trabajo.
- Los embarazos entre 35 y 40 años de edad tienen un riesgo mayor de anomalías cromosómicas, por lo que planificar un embarazo a una edad más temprana ayudará a prevenir estas anomalías.
- Las mujeres con una enfermedad crónica también deben planificar su embarazo y, en estos casos, es particularmente importante una visita al ginecólogo antes de la concepción.
- Las parejas con antecedentes de anomalías congénitas deben recibir asesoramiento genético.