Echar gotas en el ojo no es fácil, sobre todo esta labor se vuelve mucho más ardua si tenemos que echárselas a un bebé o un niño pequeño. Esto hace que, cada vez que el médico nos manda un tratamiento oftálmico con gotas, nos echemos a temblar. Sin embargo, no es una misión imposible.
Párpados cerrados con una fuerza sobrehumana, manos que tapan la cara, brazos que cubren el rostro, gritos agudos y llantos desconsolados. Si aún no has tenido que vivir esta situación, te recomendamos que leas este apartado. De este modo si llegas encontrarte en este incómodo momento, sepas cómo afrontarlo. Así mismo podrás colocar las gotas de ojos a niños, de manera fácil y sin muchas complicaciones.
Cómo Poner las gotas de ojos a niños, de manera fácil y sencilla
- Lo primero que hay que hacer es lavarse bien las manos y preparar lo necesario para colocar las gotas.
- Es mejor que le expliques al niño, siempre que ya pueda entenderte, lo que vas a hacer con voz calmada y tranquila.
- Explícale que las gotas le van a curar la herida de los ojos y que son necesarias para que dejen de picarle o dolerle.
Los más pequeños quizá no entiendan a la perfección las indicaciones y colocar las gotas de ojos a niños no es tarea fácil. Es por ello que debes mantener la calma y actuar con movimientos rápidos pero decididos. El tono que utilices debe ser tranquilizador.
La mejor postura es colocar al niño sentado o tumbado con la cabeza ligeramente hacia atrás y mirando hacia arriba.
- Inclinar hacia atrás su cabeza mientras el pequeño mira hacia arriba.
- Con el dedo índice, cógele el párpado inferior suavemente hasta que se haga una especie de bolsita.
- Con la mano contraria sujeta el envase y deja caer una gota, evitando en lo posible que toque el párpado o la pestaña para que no se produzcan infecciones.
- Una vez haya caído la gota, mantén el dedo en el párpado inferior y haz que el pequeño parpadee suavemente.
- Seca con un pañuelo el posible exceso de líquido que haya quedado fuera del ojo.
Otra técnica, es colocar una gota en el lagrimal y pedirle que abra el ojo. Así la gota entrará sola. Una tercera posibilidad es tumbar al niño de lado y echar la gota en la parte externa del ojo.
Una vez conseguido, pide al niño que parpadee varias veces para que la medicina entre y seca el sobrante con una gasa estéril o pañuelo limpio. Ten en cuenta que los colirios son de uso individual y no pueden usarse luego de la fecha de caducidad.