Los padres helicóptero son los que vigilan constantemente a su hijo y le dicen, entre otras cosas, cómo jugar, cómo actuar y cómo comportarse.
Los niños reaccionan de forma diferente a ese comportamiento, dependiendo de nuestros resultados. Algunos se vuelven groseros con sus padres, otros son simplemente apáticos o muy molestos.
Padres demasiado cuidadosos crían niños que no pueden hacer frente a sus emociones. Esto es una condición y tiene consecuencias.
Por lo general, se trata de niños que no pueden controlar sus cambios de humor, emociones, sentimientos y son más débiles para resolver problemas en cada etapa de su desarrollo. Esto no está bien. Según los expertos, los niños necesitan que los cuidadores les ayuden a entender lo que les está pasando.
Para estos investigadores, los padres deberían:
Responder con sensibilidad a las necesidades de sus hijos y reconocen su capacidad para hacer frente a diferentes situaciones.
Es necesario que guíen a su hijo, sin intervenir ni resolver el problema, para que pueda alcanzar su objetivo. Siempre que pueda hacerlo por sí mismo será positivo, lo cual conduce a una mejor salud mental y física, a mejores relaciones sociales y al éxito académico.
Índice
Los padres helicóptero no deben limitar las posibilidades de los niños
Los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar sus emociones hablándoles de cómo pueden entender sus sentimientos. También deben ir explicándoles qué comportamientos pueden resultar de sentir ciertas emociones y las consecuencias que pueden tener las diferentes reacciones.
También pueden ayudar a sus hijos a identificar estrategias positivas de afrontamiento, como respirar profundamente, escuchar música, colorear o retirarse a un lugar tranquilo.
Nuestros descubrimientos destacan la importancia de la educación, a menudo con buenas intenciones paternas, de cómo mantener la autonomía de sus hijos frente a los problemas emocionales.
También pueden servir como un buen ejemplo para sus hijos. Por ejemplo, pueden utilizar estrategias positivas para hacer frente a sus propias emociones y comportamientos cuando están nerviosos o enfadados y llegar a conclusiones.
Investigaciones sobre padres helicópteros
Para obtener estos resultados, los investigadores analizaron a 422 niños de diferentes razas y antecedentes económicos durante ocho años y estudiaron tres veces: dos, cinco y diez años. Los datos se obtuvieron evaluando la interacción entre padres e hijos, los informes de sus maestros y sus propias experiencias a la edad de 10 años.
El estudio estaba formado por padres e hijos que jugaban como en casa. Los investigadores encontraron que el control excesivo sobre la crianza de un niño de 2 años de edad se acompañaba de una regulación emocional y conductual más débil a la edad de 5 años.
Por el contrario, cuanto mayor sea la regulación emocional de un niño de 5 años, menor será la probabilidad de que tenga problemas emocionales y mayor la probabilidad de que tenga mejores habilidades sociales y sea más productivo en la escuela a la edad de 10 años.
Estos resultados no son nuevos. Estudios anteriores ya han demostrado que la sobreprotección tiene consecuencias negativas para los niños.
Uno de ellos, desarrollado en 2016, llegó a la conclusión de que los niños con padres helicópteros y controladores que presionan demasiado a sus hijos para obtener buenas notas, tienen más probabilidades de volverse autocríticos, inquietos y deprimidos.