Cada vez se ha vuelto más común el prohibir la entrada a niños en restaurantes y cada quien alega su parte con mucha razón. Hay lugares en los que tiene sentido que las madres no vayan con sus bebés o niños pequeños, por ejemplo cuando son ruidosos o pueden ser peligrosos para ellos.
Pero, ¿qué pasa con los lugares como los restaurantes, hay una edad en la que es inapropiado llevar a un bebé o un niño? ¿Qué pasa con los lugares donde no se permiten niños pequeños? Tal vez esto tiene que ver con el uso de los medios sociales, tal vez la gente se atreve a decir más ahora que antes, pero parece que hay una especie de moda anti infantil ahora.
No es raro que la gente publique mensajes en Facebook o Twitter quejándose de la presencia de niños en lugares como restaurantes o cafés. Su principal queja es que no se les permiten comer en paz y tranquilidad porque los niños están gritando o corriendo. Por eso se ha optado por prohibir la entrada a niños en restaurantes.
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¿No deberíamos llevar a los niños pequeños a los restaurantes?
Las medidas que han tomado algunos dueños de restaurantes son aceptables en ciertas condiciones. Como padres, sabemos que salir con niños es una moneda al aire, puede ser un tranquilo paseo en familia o una verdadera batalla.
Algunas personas consideran ir a restaurantes donde no acepten niños, por el hecho de asegurarse de que su comida será tranquila y sin berrinches. Seamos claros, si a los propios padres se les acaba la paciencia ¿Qué quedará para los desconocidos?
No tenemos que aguantar cosas que no queremos de otros adultos y esos mismos adultos no están obligados a aguantar cosas de niños. No se está discriminando a nadie, solo se quiere ser más exclusivo para ocasiones especiales donde solo se desea una cena tranquila.
No pasa en todos los restaurantes pero cada vez son más los que implementan estas medidas de prohibición.
¿Qué hacer para que todos estén contentos en una salida a un restaurante?
Lo primero que tenemos que hacer es ser realistas. No importa cuánto planifiquemos o pensemos en lo que puede suceder, la vida con los niños pequeños es a menudo impredecible. Pero siempre podemos prepararnos para que los paseos familiares sean divertidos y otras personas no se sientan incómodas.
Tenemos que ponernos en los zapatos de nuestros hijos. Si estás cansado de esperar la comida, imagina un niño que tiene toda la energía del mundo. Para ellos, todo es nuevo, todo vale la pena ver y explorar.
Así que, repito, como padres debemos ser realistas y estar preparados para estos momentos. Hay diferentes maneras de jugar o distraer a nuestros niños en un restaurante, incluso sin usar nuestro smartphone o tableta.
Es necesario enseñarles que debemos mantener la compostura en estos lugares. Será algo difícil para ellos quedarse tranquilos estando un poco hambrientos pero con el entretenimiento adecuado será más llevadera la situación.