La infección de orina en bebés es del tipo bacteriana y muy frecuente en los niños pequeños. Lo importante es poder diagnosticarla a tiempo para aliviar los síntomas y no permitir que esta enfermedad se torne grave.

Muchas veces la infección de orina en bebés puede pasar desapercibida, sobretodo cuando son menores de 2 años, porque no tienen los mismos síntomas que aparecen en los adultos.

Si esta enfermedad no se diagnóstica y se trata a tiempo puede producir lesiones graves en los riñones del bebé que tendrán consecuencias en la vida adulta.

Infección de orina

la infección de orina en bebés puede pasar desapercibida

¿Qué es la infección de orina en bebés?

Es una enfermedad que consiste en la inflamación de cualquier parte del sistema urinario. Puede afectar a los riñones, uréteres, vejiga o uretra, debido a una infección por bacterias que se localizan en la orina.

Las causas de esta infección pueden ser varias, como las siguientes:

  • Deshidratación
  • Dificultad para vaciar la vejiga
  • Fimosis en el caso de los niños
  • Incontinencia urinaria
  • Reflujo urinario, que es cuando la orina que ya estaba en la vejiga vuelve hacia el riñón
  • Inmadurez de los esfínteres que controlan la salida de la orina.

¿Cuáles son los síntomas de la infección de orina?

Los síntomas varían según la edad del bebé y pueden ser los siguientes:

Menores de 1 mes

  • Sueño excesivo
  • Decaimiento o irritabilidad
  • La falta de apetito
  • Vómitos
  • Color muy amarillo de la piel
  • Falta de incremento de peso
  • Fiebre o hipotermia (temperatura menor de 35º C).
Infección de orina

es del tipo bacteriana

Hasta 2 años

  • Falta de apetito
  • El niño no gana peso
  • Vómitos
  • Dolor abdominal
  • Irritabilidad
  • Sueño excesivo o fiebre sin causa aparente

Mayores de 2 años

  • Cualquiera de los síntomas anteriores
  • Dolor o escozor al orinar
  • Sensación de ganas de orinar
  • Orinar muchas veces
  • Dolor en la zona baja del abdomen, del costado o lumbar

¿Cómo se trata la infección de orina en bebés?

El tratamiento consiste en la toma de antibióticos, del tipo y la dosis indicada por el médico tratante. Resulta de vital importancia que el niño tome todos los antibióticos recetados, hasta el último día, aunque vaya desapareciendo los síntomas para evitar que la enfermedad regrese.

Además será necesario cambiar el pañal del bebé varias veces al día y limpiarlo usando un paño de algodón mojado con agua o suero fisiológico, evitando así el uso de toallitas húmedas.

También es muy importante que esté muy bien hidratado para que pueda eliminar las bacterias a través de la orina. Una de las claves para prevenir la infección urinaria en bebés es mantenerlo siempre limpio y seco.