Un niño bien disciplinado y con buenas intenciones es un niño que fue bien educado por sus padres. Sin embargo, educar a alguien desde cero nunca ha sido fácil. Hay que tener mucha calma ante todo y repetir simultáneamente las órdenes al pequeño para que vaya entendiendo lo que se debe hacer y lo que no. Si sigues estas estrategias para educar a tu bebé, tu vida será mucho más fácil.
Aprender sobre los límites desde pequeño, enseña a diferenciar las cosas buenas de las malas. El aprendizaje de estas reglas es importante para crear una obediencia a la autoridad. Por esto, los primeros años de la vida de un niño son fundamentales para este tipo de lecciones.
La crianza
Como muchos ya conocemos, la crianza es el aspecto más importante al educar a tu bebé. La crianza, como se conoce, es la forma en la que se implementa los derechos de la norma en el pequeño. Esto depende de la educación que le estás dando.
La manera en la que educar a tu bebé, recuerda que no solo implica al pequeño, sino también a que tu formes parte de ese crecimiento. Como madres y padres, es importante saber que esto no solo depende de la disciplina en la educación del bebé, sino también la forma en que le muestres el afecto y los límites que existen conforme a las actividades realizadas en familia.
Sus emociones al educar a tu bebé
Es importante saber que al establecer la relación con tu bebé, te estarás involucrando con sus emociones. Pues así como le estás enseñando sobre los límites, le enseñas cómo debe expresarse en el futuro.
Las emociones, permiten a la personas prepararse a las circunstancias que les esperan en sus próximos años. Se considera que hay 5 emociones fundamentales:
- Miedo
- Alegría
- Tristeza
- Enojo
- Amor
Cree un buen vínculo con el bebé
Tener una buena comunicación entre tu y el pequeño es indispensable para educar a tu bebé El cerebro está programado para buscar seguridad y si no siente un ambiente seguro, no puede aprender. Por eso es tan importante hacer sentir seguro a tu bebé.
Establece mucho contacto con el pequeño, abrázalo, dale masajes y cántale muy seguido. Hazle sentir confianza y que reconozca donde es su zona de confort.
Recuerda que crear una zona de confort con un recién nacido suele ser complicado por la falta de sueño y tiempo. Pero dándole mimos y hablándole será suficiente mientras esté vaya aprendiendo con el pasar de los días.