La esquizofrenia en la infancia es un trastorno mental inusual pero grave en el que los niños interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento, al comportamiento o a las emociones.
Puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento que afecta la capacidad de tu hijo o hija de vivir normalmente.
La esquizofrenia infantil es básicamente lo mismo que la esquizofrenia en los adultos, con la diferencia de que se produce a una edad más temprana y tiene un mayor efecto en el comportamiento y desarrollo del niño.
En la esquizofrenia infantil, la edad temprana de la aparición de la enfermedad implica desafíos especiales con respecto al diagnóstico, el tratamiento, la educación y el desarrollo emocional y social.
La esquizofrenia es una enfermedad crónica que requiere tratamiento de por vida. Identificar e iniciar el tratamiento para la esquizofrenia infantil lo más pronto posible puede mejorar mucho los resultados de tu hijo o hija a largo plazo.
Índice
Síntomas de esquizofrenia en la infancia
Las indicaciones más tempranas de esquizofrenia infantil pueden incluir problemas en el desarrollo, como los siguientes:
- retraso en el habla;
- gateo tardío o atípico;
- retraso para caminar;
- otros comportamientos motores anormales, como balancearse o agitar el brazo.
Algunos de estos signos y síntomas también son comunes en los niños con trastornos del desarrollo predominantes, como un trastorno del espectro autista. Por lo tanto, uno de los primeros pasos en el diagnóstico es descartar estos trastornos del desarrollo.
¿Cuándo debes consultar con un médico?
Es difícil saber cómo tratar los cambios indefinidos en el comportamiento de tu hijo o hija. Puedes tener miedo de apresurarte a sacar conclusiones que cataloguen a tu hijo o hija con una enfermedad mental. La maestra de tu hijo o hija u otro personal de la escuela pueden avisarte sobre los cambios en el comportamiento de tu hijo o hija.
Busca asesoramiento médico si tu hijo o hija presenta los siguientes signos y síntomas:
- retrasos en el desarrollo en comparación con sus hermanos o sus pares;
- falta de cumplimiento con las expectativas del día, como bañarse o vestirse;
- ausencia del deseo de socializar;
- desempeño académico bajo;
- hábitos alimenticios anormales;
- sospecha excesiva de otros;
- falta de emoción aparente o emociones inadecuadas para la situación;
- ideas y miedos extraños;
- interpretación de los sueños y la televisión como realidad;
- ideas, comportamiento o habla raros;
- comportamiento violento o agresivo, o agitación.
Estos signos y síntomas generales no necesariamente significan que tu hijo o hija tiene esquizofrenia infantil. Pueden ser indicios de una fase, otro trastorno de salud mental, como depresión o un trastorno de ansiedad, o una enfermedad. Busca atención médica de inmediato si tienes dudas con respecto al comportamiento o el desarrollo de tu hijo.
Factores de riesgo
A pesar de que se desconoce la causa exacta de la esquizofrenia, ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar la esquizofrenia, entre ellos:
- antecedentes familiares de esquizofrenia;
- alta activación del sistema inmunológico, como por enfermedades inflamatorias o autoinmunes;
- padres de mayor edad;
- complicaciones durante el embarazo y el nacimiento, como desnutrición o exposición a toxinas o virus que puedan afectar el desarrollo del cerebro;
- consumo de medicamentos que afecten la mente.