La piel del recién nacido es tan delicada que los problemas dermatológicos afectan a la gran mayoría de los bebés. Algunas de estas presentan riesgos y otras son inofensivas, pero no por ello asustan menos a los papás.
Una de las más habituales es el eritema tóxico del recién nacido, la erupción más frecuente en el neonato y afecta aproximadamente a la mitad de los recién nacidos a término. Si quieres conocer más acerca de esté, sigue leyendo este apartado.
¿Qué es el eritema tóxico?
Corresponde a una afección de la piel que se produce por causas desconocidas y que no implica ningún riesgo para la salud del bebé. Se presenta como una erupción con granitos rojos con elevaciones de color blanco-amarillento en el centro.
Generalmente aparece el día siguiente al parto y suele desaparecer sin tratamiento durante la primera semana. Se trata de una una enfermedad cutánea inflamatoria benigna que no necesita tratamiento y suele desaparecer por sí sola.
¿Cuando y donde aparece?
Generalmente aparece entre el primero y el tercer día de vida, y su duración se puede prolongar hasta la cuarta semana. Aunque durante este periodo, pueden desaparecer y aparecer nuevamente.
La lesión cutánea básica es una pequeña pápula de 1 a 3 mm de diámetro. Así mimo estos granitos se concentran en el pecho, las extremidades y la espalda. Aparecen sobre todo en la cara del bebé, las pústulas van apareciendo y desapareciendo en las diferentes zonas en cuestión de horas.
¿Requiere de tratamiento?
No necesita de tratamiento ni antibióticos, solo se necesita hidratación en la piel, como parte del cuidado habitual. Pero si la erupción persiste, tiene mala apariencia o te preocupa especialmente, consúltalo con tu pediatra para descartar cualquier otra afección.
Pero en cualquier caso hay que tener en cuenta que la piel del bebé ha de experimentar aún muchos cambios, por eso conviene esperar un poco antes del primer baño del bebé y no excedernos en aplicar jabones o cremas.
Esta no es la única afección de la piel en recién nacidos. Casi tan frecuentes como el eritema es el acné, la milia y la dermatitis infantil. Aunque todas desaparecen por sí solas o, en algún caso, con sencillos tratamientos médicos.
En el momento de su aparición, hay que llevar al bebé al pediatra para que pueda descartar otras lesiones en la piel. Y que estas puedan conllevar complicaciones para la salud del bebé.