Por una u otra razón, el niño puede mostrar una marcada tendencia al estrés desde el nacimiento. Lo que no se justifica por la presencia de un problema médico. Entonces, si el bebé llora todo el día ,¿qué le sucede?
Por eso, aunque son niños normales y sanos, muestran un extraño patrón afectivo y conductual que pone a prueba incluso a los padres más pacientes, ya que están lejos de la imagen del niño contemplativo que forma parte del imaginario colectivo.
Índice
Situaciones con niños llorando
Llora todo el tiempo: llora como si no hubiera nada que le reconfortara, sobre estimula tanta ligereza y, para divertirse con un juguete, va a llorar en pocos segundos.
Mi bebé llora todo el día, ¿es normal?
Sueño: necesita contacto constante con el cuerpo, no puede estar en el coche o en la cuna medio segundo se despierta varias veces durante la noche y durante el día sólo duerme como si no hubiera necesidad de descansar.
Comida: Parece que siempre está hambriento y nunca saturado, las grabaciones pueden convertirse en un infierno si no podemos producir en condiciones ideales de luz, sonido……… y paciencia.
Tensión y actividad corporal: nunca la vemos relajada o feliz, es una niña que siempre está alerta y esperando algo que nunca llega, se mueve continuamente. Cuando lo abrazamos para acunarlo o calmarlo, se estira como una cuerda.
Pretender negar lo sucedido (tratarlo como si nada hubiera pasado o pensar que no está acostumbrado o que nos está chantajeando) o retirar la atención especial al niño sensible que necesita son actitudes que no hacen más que agravar la situación.
Aunque no es necesario dramatizar, la cantidad de recursos personales necesarios para cuidar cómodamente a estos niños significa que a veces es necesario que los propios padres reciban información específica y se ayuden unos a otros a abordar las necesidades de la vida diaria: El objetivo es tener las herramientas para responder adecuadamente al niño y ayudarle a crecer.
Mi bebé llora todo el día, ¿es normal?
Implementar esto si el bebé llora todo el día
Cuida su llanto.
El llanto del niño siempre expresa una necesidad, ya sea física, hambrienta, fría, cálida, silenciosa, tranquila, afectiva, cómoda o aliviada. En cualquier caso, el niño debe ser tratado lo antes posible mediante un contacto físico cercano. Pecho con pecho, si es posible, palabras tranquilas y hermosas dichas en voz baja.
Cuando observamos que nuestro bebé ha comido, está limpio, lo balanceamos amorosamente durante mucho tiempo y seguimos llorando, es mejor relajarse, respirar profundamente y dejarlo salir del aire con el bebé en su regazo para que sepa que estamos ahí y que puede llorar por lo que necesita.
El llanto del bebé no siempre tiene que ser suprimido. A veces el acto de llorar en sí mismo es un alivio necesario para resolver tensiones, y simplemente tenemos que recibir su llanto en nuestros brazos.
Dormir juntos
Los niños que se despiertan muy a menudo por la noche deben estar lo más cerca posible de sus padres para cuidarlos y ayudarles a volver a dormirse.
Dado que esta situación, que se prolonga en el tiempo, afecta a todos, la fórmula más adecuada es dormir juntos o en la misma habitación para conseguir un mejor descanso para todos: el pecho y el olor de la madre, la voz del padre y la certeza de estar protegido, promueven un sueño más reparador.
Toma un respiro. La inhalación y exhalación de respiraciones largas y ruidosas cerca de su hijo le ayudará a relajarse. Si lo ponemos sobre nuestro pecho y también percibimos los movimientos de nuestro pecho y el latido de nuestro corazón, es mejor.