Muchas cosas para una fiesta, muchos obsequios que quizás no usen, pero ¿es posible un cumpleaños sin regalos? ¿Estos presentes costosos que terminarán rotos más temprano que tarde?

Por mucho que digas que no quieres nada o que tu hijo no quiere nada, porque no necesita nada, porque lo tiene todo y lo único que quiere es divertirse con sus amigos, al final siempre hay demasiados regalos.

Demasiados regalos para un piso, demasiados regalos para un niño, demasiados regalos para el medio ambiente y demasiados regalos para la economía en crisis.

Los regalos sirven de recuerdos, pero son verdaderamente costosos

Es posible un cumpleaños sin regalos

Las personas que van a la fiesta de cumpleaños muy probablemente son cercanos a tu hijo, así que su compañía bastará como regalo.

Después, cuando en plena fiesta y con el inevitable desfile de regalos incluso quiere pasar rápidamente el momento de entrega. Como si abrir los regalos fuera un trámite que podía haberse saltado en su fiesta, porque quiere seguir jugando con sus amigos cuanto antes.

Incluso te das cuenta que algún que otro regalo de los recibidos en avalancha como puede suceder en Navidad se le olvida. Probablemente no pregunte por él hasta que se lo recordemos en verano, cuando se lo demos porque lo hemos racionado y pensamos que así lo disfrutará más.

El mejor regalo: la compañía, los juegos, las risas de los invitados

Es posible un cumpleaños sin obsequios

Cuando te das cuenta de todo eso, y además sabes la que está cayendo en los ahorros de las familias, te dan ganas de suplicar que nadie traiga regalo, o que traigan sus juguetes o cuentos que quieran compartir un rato y se puedan disfrutar en compañía, o que hagan alguna manualidad de felicitación… Sin regalos, de verdad. ¿Tan extraño es?

Una opción intermedia es que los invitados se unan para hacer un regalo conjunto, pero eso no siempre es posible porque no se conocen… y suelen hacerse varios grupos, además de que también hay quien hace su regalo individual sugieras tú lo que sugieras.

No es posible obligar a nadie a comprar o no comprar un regalo, es imposible hacer que estas cosas pasen. Es importante saber también que entre uno y otro invitado quizás no tenga las mismas posibilidades para un obsequio.

Podemos decirles que solo queremos que los niños disfrute con sus amigos, de sus juegos, sus carreras, sus escondites, su tarta especial… sin esperar nada a cambio, porque estar acompañados de personas que los aman es el mejor regalo.

Las fiestas de cumpleaños pueden ser inolvidables sin gastarse mucho dinero, ni de parte de los que invitan ni de parte de los invitados.

Un niño es feliz con muy poco o mucho según se mire: la compañía de su familia y sus amigos en una fiesta divertida en la que comparten risas y juegos. ¿Cuánto hay que gastarse en eso? ¿No nos excedemos cuando pensamos que lo mejor es lo más caro?

Una buena compañía puede hacer posible un cumpleaños sin regalos, al final solo las amistades son las que quedan, los recuerdos y el compartir con amigos es lo que los hace verdaderamente feliz.