La mastitis en periodo de lactancia es un inconveniente usual sufrido por las madres una vez amamantan a su bebé. A esta patología transitoria también se le conoce como mastitis puerperal caracterizada por la infección del tejido mamario.
Es un evento que le pasa al 40% de las mujeres una vez dan a luz a su bebé. A pesar de que su tratamiento es sencillo, a veces puede causar complicaciones que generan molestia y mucho dolor.
Índice
- ¿Qué elementos colaboran al desarrollo o aparición de mastitis en el periodo de lactancia?
- ¿Qué sintomatología aparece en la mastitis en el periodo de lactancia?
- ¿Cómo debes amamantar a tu bebé cuando presentes mastitis durante el periodo de lactancia?
- ¿Cómo evitar la aparición de mastitis en el periodo de lactancia?
¿Qué elementos colaboran al desarrollo o aparición de mastitis en el periodo de lactancia?
Este es un proceso que se desarrolla en el 20% de las mujeres una vez comienzan a lactar. Por lo general, se da en los primeros tres meses y cuando las madres son primerizas. Aunque esto último no es tan determinante para el adelanto del proceso infeccioso o sus complicaciones.
La inflamación del tejido mamario se da por causa de cuantiosos microbios que predominan en la piel. Sin embargo, el Staphylococcus aureus es el microorganismo responsable del mayor número de los episodios infecciosos.
Lo que origina que el tejido mamario sea propenso a las infecciones es la estasis láctea durante la lactancia. Esto quiere decir que la leche que debería fluir con normalidad por los conductos secretores del seno se queda retenida. Al quedar la leche atrapada por los mencionados conductos, provoca un área favorable para la propagación de microorganismos. En pocas palabras, la misma genera nutrientes que establecen la estadía de las bacterias en el tejido.
La permanencia de líquido lácteo en los conductos puede verse por una obstrucción dentro de los conductos. También como un incorrecto vaciado de los senos durante el proceso de amamantar, cosa que es común en madres primerizas.
Otra causa que favorece el proceso infeccioso del tejido mamario es la aparición de lesiones o fisuras en la piel. Esto genera una puerta de entrada ideal para la colonización de bacterias dentro de la zona.
En palabras sencillas la mastitis en el periodo de lactancia se genera por dos factores estrictos. El primero que haya estasis de leche ya sea por obstrucción o mal vaciado del tejido mamario. El segundo porque exista una lesión previa sobre la piel que recubre el seno de la mujer.
¿Qué sintomatología aparece en la mastitis en el periodo de lactancia?
Los síntomas que provoca la mastitis puerperal como también se le describe, son diversos y tienden a ser muy molestos. La principal señal es el endurecimiento de uno o ambos senos, cosa que es señal de estasis láctea.
Por lo general, la mujer siente las mamas muy duras y pesadas. En algunas ocasiones la comparan con una roca. Además del endurecimiento, aparece un color rojizo del área mamaria y dolor a la palpación, y también puede aparecer fiebre.
La fiebre se da más que todo cuando el proceso infeccioso ya tiene cierto avance. Las temperaturas pueden variar de 38,5 grados centígrados hasta los 40 grados centígrados si la infección se vuelve severa.
En la mayoría de los casos es un solo el tejido mamario el que se ve afectado. Es muy raro cuando la infección es de ambos tejidos mamarios, pero puede ocurrir si no se actúa rápido. Los síntomas son muy molestos al punto de que la madre no tolera la lactancia.
El cuadro sintomático es de inicio lento que empieza como ya fue comentado con la aparición de endurecimiento mamario. Acá es cuando debes estar muy pendiente de evacuar bien ambos senos para evitar la aparición de la infección.
Recuerda que son dos factores que deben estar a la mano (la estasis y las lesiones). El cuadro más crítico de mastitis es cuando aparecen obsesos sobre el área, cosa que genera mucho dolor.
De no tratarse a tiempo el riesgo de sepsis es grande tanto requiriendo internación en un recinto hospitalario con urgencia. Por eso si ves algún problema sobre tus senos a la hora de lactar acude a tu médico de cabecera.
¿Cómo debes amamantar a tu bebé cuando presentes mastitis durante el periodo de lactancia?
A pesar que puedes sentir dolor, es necesario que tu bebé se mantenga alimentado a base de leche materna. Además que mientras más lactes, evitas el riesgo de estasis láctea y eliminas la fuente de nutrientes bacteriana.
Primero debes empezar vaciando al máximo el seno que este afectado, coloca a tu bebé en el mismo. Si el niño no logra evacuar el seno bien, revisa si él bebé tiene una buena posición para lactar.
Si a pesar de eso persiste lleno, usa un extractor mamario para que el mismo quede sin leche. Aunque no poseas un extractor procura apretar manualmente y extraer el máximo contenido de leche que puedas.
Como ya fue mencionada la prevención de esto es el duradero flujo de líquido lácteo sobre los conductos excretores. Mientras más amamantes a tu hijo las posibilidades de aparición de mastitis son muy bajas.
¿Cómo evitar la aparición de mastitis en el periodo de lactancia?
Cuidarse es la mejor prevención. A pesar de que cuidar a un bebé cansa, debes procurar dormir y comer bien. Un organismo mal alimentado y con escaso descanso es más propenso a establecer procesos infecciosos.
Si tienes problemas para lactar, busca ayuda, no te quedes con ese problema, pide consejo a tus padres o médicos. Procura colocar bien a tu bebé a la hora de amamantarlo, asegúrate que su boca cubra al pezón por completo.
No saltes ninguna hora de amamantar, por ejemplo si necesitas lactar y tú bebé duerme, extrae la leche. Recuerda que el organismo se adapta a los cambios y un cambio repentino no es bueno.
Disminuye el tiempo para dar lactancia, lo ideal es que alimentes a tu bebé cada 1 o 2 horas. Aunque si tu bebé lo pide en menos tiempo, complácelo esto será beneficioso para ambos.
Evita usar camisas o sostenes que te queden ajustados, esto es malísimo a la hora de amamantar.
En fin, la mastitis en un proceso prevenible, en caso de padecerlo el mismo no afectará a tu bebé. El problema que puede ocurrir es que disminuyas la frecuencia de lactancia por las molestias. Por eso es imprescindible seguir las recomendaciones descritas y ante cualquier problema acudir al médico lo antes posible.