El estilo educativo de las madres tigre no es nuevo; el autor cree que la nueva terminología es un estilo tradicional chino. Un estilo de educación muy diferente al nuestro y por lo tanto difícil de entender.
Las madres tigre son muy exigentes con sus hijos, hacen grandes demandas, no aceptan notas por debajo de un sobresaliente y basan la educación de sus hijos en el logro de la perfección. No se les permite jugar, ver la televisión o salir con amigos.
El objetivo es lograr la perfección a toda costa, sin excusas. Las notas debajo de la A no son bienvenidas, no hay tiempo para juegos, amigos o televisión.
Los niños deben aprender matemáticas y tocar el piano o el violín todos los días, y no quejarse, llorar ni protestar.
Lo más importante es aprender y ser el mejor. El éxito académico y el posterior éxito profesional son importantes, además del afecto, el cariño o la comprensión que los padres occidentales suelen ofrecer, quizás en abundancia.
Las madres tigre utilizan la disciplina extrema, la coacción y el autoritarismo como método de crianza.
Exigen obediencia y respeto; a cambio, exprimirán los talentos de sus hijos para convertirlos en personas virtuosas y exitosas que aprecian el valor del esfuerzo y la importancia de la perseverancia en su trabajo.
¿Cuál es el estilo de crianza de las madres tigre?
El estilo de crianza de las madres tigre es muy diferente del estilo de crianza que Occidente está tratando de enseñar. Padres que se preocupan más por la imagen que tienen nuestros hijos de sí mismos, padres que están involucrados en el proceso educativo pero que son capaces de comprometerse, entender y sentir empatía.
Los padres que son más dóciles evitan el autoritarismo. Si bien es cierto que este estilo de educación, que tiene más que ver con la autoestima de nuestros hijos, es mal entendido y llevado a extremos, nos hace sobreprotectores y demasiado indulgentes con el comportamiento de nuestros hijos.
Los envolvemos en algodón y creamos niños adictos que no tienen iniciativa, son apáticos y, a medida que crecen, se hacen pequeños y no hacen vida ni se rompen.
No podemos invitar a los amigos o ir a otras casas a jugar. Y dormir menos en la calle. Tampoco puedes ver la televisión o jugar a videojuegos, sólo en el piano o el violín (no puedes tocar ningún otro instrumento).
También está prohibido ir a la escuela y protestar contra la imposibilidad de ir a la escuela y jugar durante horas con otros niños.
Este estilo de jóvenes madres tigre ha llegado a tales extremos que para muchos europeos puede rayar en la inmoralidad. El método que se propone es muy diferente al que estamos acostumbrados en los países occidentales.
Pocos padres europeos considerarían la posibilidad de mover cielo y tierra para que sus hijos no descuiden las horas de ensayo durante sus vacaciones familiares.