Hay muchos buenos cuentos, pero hay uno muy especial que nos habla del precio que se paga por faltar al compromiso de una palabra: el flautista de hamelin.
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El Flautista de Hamelin
Había una vez en una ciudad muy pequeña al norte se Alemania llamada Hamelin. Sus paisajes poseían una belleza incalculable y sus riberas eran adornadas por un río muy ancho y profundo que surcaba por un lado de la pequeña ciudad. Sus habitantes se enorgullecían de vivir allí.
Pero un día la ciudad se vio atacada por una plaga de ratas, que incluso hacían correr a gatos y perros por su cantidad y gran tamaño. Además robaban la comida y mordían a los niños pequeños en sus cunas.
El problema se había vuelto tan grave que los habitantes de la ciudad se reunieron alrededor del ayuntamiento, exigiendo al alcalde su renuncia si no terminaba de inmediato con la plaga de ratas. El alcalde temeroso y sin saber que hacer por fin exclamo:
-Querido pueblo, busquemos una solución.-
La aparición del flautista
Solo había dicho estas palabras el alcalde, cuando de pronto se empezó a escuchar un sonido que hizo temblar al alcalde y los presentes pensando que serían las ratas. Pero el sonido continuaba con una suave música, donde los presentes fueron abriendo paso al misterioso sonido.
De pronto de entre la multitud apareció un extraño hombre muy alto y delgado con pequeños ojos azules. Llevaba una capa que le cubría desde el cuello hasta los pies. En su rostro se reflejaba una gran sonrisa que dirigía a los presentes en diferentes lados.
De pronto, el alcalde se dirige al misterioso sujeto de una manera intrigante:
-¿En que le podemos servir señor?-
El extraño personaje le responde:
-He estado escuchando el problema que ustedes están sufriendo y yo soy especialista en eliminar ese tipo de problemas. Tengo un encanto secreto donde todos los seres que habitan bajo el sol me siguen. He eliminado otros tipos de plaga en otras ciudades con mucho éxito. Soy un hombre pobre por eso cobro un millar de florines por hacer mi trabajo.-
El alcalde y los demás miembros del ayuntamiento gritaron asombrados:
-¡Un millar de florines, eso es absurdo!-
Pero por temor a los habitantes de la ciudad y queriendo salir de la plaga de las ratas, asintieron con el misterioso flautista.
La acción del flautista
Así fue como el flautista de hamelin comenzó a sonar su flauta. Se sintió un estruendo ensordecedor por toda la ciudad y comenzaron a salir ratas de todas partes. Se convirtieron en miles y todas seguían en su paso al misterioso flautista. Este se dirigió hacia el rio ahogando a todas las ratas.
Luego el alcalde, sabiéndose ya libre de las ratas, comenzó a dar órdenes lleno de valentía. Aun estaba hablando, cuando al darse la vuelta se encontró con el rostro del flautista de hamelin, quien dirigiéndose al alcalde le pregunto:
-El trabajo está hecho, quiero mi pago.-
El alcalde le respondió en un tono amenazador:
-¿Cómo vamos a pagar mil florines por ahogar unas ratas?-
Después de una larga discusión, el rostro del misterioso flautista se puso muy serio y respondió:
-Alcalde, hicimos un trato cúmplalo o pagará las consecuencias-
Pero el alcalde se burló del flautista y no accedió a cumplir.
La venganza del flautista de Hamelin
El flautista de hamelin, se retiró muy disgustado y comenzó a tocar su flauta. De pronto, comenzaron a salir todos los niños de la pequeña ciudad, siguiendo la música del flautista. Este fue tocando calle por calle y todos los niños salían de sus casas y plazas.
El flautista de hamelin se dirigió con los niños, esta vez no hacia el río si no hacia la gigante montaña que estaba a su paso. El alcalde y los miembros del pueblo miraban atónitos como esa multitud de niños seguía al flautista. Para asombro de ellos, la montaña se abrió dando paso al grupo.
Los niños de hamelin desaparecieron a través de la montaña y nunca se volvió a saber de ellos. Para que todos recordaran lo sucedido el lugar donde desapareció el flautista de hamelin y los niños la llamaron calle del flautista mágico
Esto nos demuestra cuantas lagrimas y lamentaciones se hubieran evitado si hubieran cumplido su palabra a el flautista de hamelin