A pesar de que muchas de las fábulas cortas par niños se han escrito hace muchos años, gracias a la transmisión oral de padres a hijos, aún hoy siguen teniendo vigencias. Es que a través de ellas se le transmiten valores y se les dejan enseñanzas a los niños.
Es importante saber que las fábulas son relatos cortos, en las generalmente, los animales y objetos inanimados son capaces de hablar y expresarse. Son utilizadas por ser un buen recurso didáctico para enseñar sobre las virtudes y defectos de las personas.
Índice
¿Qué fábulas cortas para niños existen?
Son incontables aquellas que podemos encontrar en los libros para niños. Pero hicimos una selección de cinco, para que puedas contárselas a tus hijos y veas cómo reaccionan.
El congreso de los ratones
Trata de una fábulas cortas para niños sobre una familia de ratones que vivía en la alacena de una casa. Eran felices, pero vivían con miedo de ser atacados por un enorme gato. Un día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea.
El jefe de los ratones dijo a los presentes: – “Estamos reunidos para que entre todos encontremos una solución. Y un ratoncito dijo “Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda”.
Esta interesante propuesta la aceptaron todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Pero faltaba una cuestión, qué fue expresada por un sabio ratón: ¿Quién de todos le pone el cascabel al gato?” Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados y corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes. Moraleja: Es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
Fábula del caballo viejo
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra cosa desde la mañana hasta la noche que girar y girar alrededor de aquella rueda. Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a dicho molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso. Moraleja: Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder.
Lobo con piel de oveja
Un lobo pensó un día cambiar su apariencia para así obtener comida de forma más fácil. Entonces se metió dentro de una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, lo llevaron junto con todo el rebaño al granjero, donde le cerraron la puerta para que ningún lobo entrara a comerse a las ovejas.
Sin embargo, en la noche, el pastor entró buscando la cena para el día siguiente, tomó al lobo y creyendo que era un cordero, lo sacrificó al instante. Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.
Las mulas y los ladrones
Dos mulas bien cargadas con paquetes andaban con dificultad por el camino. Una cargaba sacos con dinero y la otra llevaba granos. La mula que llevaba el dinero andaba con la cabeza erguida, como si supiera del valor de su carga, y movía de arriba abajo las campanas sonoras sujetadas a su cuello. De repente unos ladrones se precipitaron sobre ellas, y en la riña con sus dueños, la mula que llevaba el dinero resultó herida. La mula fue robada y herida lamentó sus desgracias. La otra contestó: – “Estoy en efecto muy contenta de que fui despreciada, pues no he perdido nada y tampoco me hicieron daño”. Moraleja: La ostentación bulliciosa de la riqueza solo trae desventuras.
El viento del norte y el sol
Ambos se disputaban sus poderes, y para ver quién era el más fuerte decidieron conceder una palma al que despojara a un viajero de sus vestidos. El viento del norte empezó primero, sopló con violencia, pero el hombre apretó contra sí sus ropas, el viento del norte asaltó entonces con más fuerza, pero el hombre, molesto por el frío, se colocó otro vestido. El viento del norte, vencido, se lo entregó al sol. Este empezó a iluminar suavemente y el hombre se despojó de su segundo vestido, luego lentamente le envió sus rayos más ardientes, hasta que el hombre, no pudiendo resistir más el calor, se quitó sus ropas para ir a bañarse en el río vecino. Moraleja: Es mucho más poderosa la persuasión que la violencia.
La fábula del lobo orgulloso y el león
Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios a la hora en que el sol se ponía en el horizonte, y, viendo su sombra bellamente alargada estaba orgulloso de su figura y se sentía invencible.
Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo: – “La presunción es causa de mi desgracia”. Moraleja: Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás.