Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a familiarizarse con las nociones abstractas. La actividad física es una valiosa ayuda para facilitar los aprendizajes Intelectuales.
De todos, la natación siempre ha sido, y es, un deporte muy completo. Gracias al desplazamiento a través de este medio se ponen en marcha casi todos los músculos del cuerpo. Por lo que la estimulación en el agua, ayudara al desarrollo psicomotor del bebé en crecimiento.
Índice
¿Qué aspectos positivo trae la estimulación en el agua?
- Estimulación del reflejo glótico. A la hora del bañarlo incorporamos y vamos echando sobre él agua con una esponjita calada. Desde la parte de atrás de la cabeza y hacia delante. En ese momento le soplamos en la carita para que cierre la glotis y así estimular el reflejo glótico.
- Reconociendo el medio acuático. Tumbado boca arriba en la bañera, ponemos una mano bajo su cabecita y otra sujetando el culete. Hacemos entonces movimientos oscilantes en el agua de un lado a otro, mientras le cantamos para ayudar a relajarse. Con este ejercicio conseguimos que el bebé se adapte a la flotación y que reconozca los medios acuáticos.
- Potenciamos los músculos de la espalda. Con el bebé boca abajo. Las dos manos deben sostener el tronco del pequeño. Su carita tiene que mirar a papá o a mamá y, con algún juguete a la vista. Repetimos el movimiento oscilante. Con ello, conseguimos que ejercite y desarrolle el control cefálico y potencia los músculos de su espalda.
Ejercicio de estimulación en el agua para niños más grandes
- Mejoramos el equilibrio de su espalda. Sentar al bebé en la bañera y hacer que manipule todos los juguetes que tiene a su alrededor y salpique y chapotee a la vez. Con esto conseguimos mejorar el equilibrio de su espalda en la sedestación.
- Entrenamiento para caminar. Lo ponemos en posición vertical (en el agua) y sostenemos al pequeño incitándole a que mueva los brazos y las piernas, como si estuviera corriendo. Con este ejercicio pretendemos que el bebé vaya buscando la verticalidad, con vistas a que empiece a caminar.
- Descubriendo el agua. Puede sentar al bebé en el bordillo de la piscina y simular un tobogán. Cogemos al pequeño por el tronco y, acompañándole e introducelo al agua sin sumergir la cabeza. Comprobarás que es un juego que, además de ayudarle en su desarrollo haciendo que descubra el agua y se acostumbre a ella, le va a encantar. En muy poco tiempo, tendrá mucha más confianza y no querrá dejar el agua.
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