Se estima que entre un pequeño porcentaje de los recién nacidos padecen de criptorquidia, aunque este dato asciende hasta el 30% si hablamos de niños prematuros.
Estudios médicos afirman que haber padecido esta enfermedad puede resultar decisivo para la fertilidad del varón.
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¿Qué es la criptorquidia?
Es una alteración del descenso testicular normal durante la etapa fetal, que puede afectar a uno o ambos testículos. En muchos casos se resuelve de forma espontánea, por lo que encontramos que al año tan sólo el 1% de los niños la padecen.
Los resultados de los tratamiento son generalmente buenos
Hay distintos factores que causan la criptorquidia y son:
- Hormonales: déficit de ciertas hormonas durante el embarazo o los primeros meses tras el nacimiento.
- Alteraciones anatómicas: consisten en anomalías en los tejidos que participan en el descenso testicular.
- Causas genéticas: síndrome de Klinefelter (varones con un cromosoma X de más), cromosoma Y más largo de lo normal, y otras alteraciones genéticas.
También se habla de factores ambientales durante la vida fetal relacionados con esta patología. La temperatura es un factor importante en la función testicular y el hecho de no haber descendido supone un perjuicio para el testículo, ya que está expuesto a temperaturas más altas que las que tendría estando en el escroto.
¿Cómo afecta la criptorquidia a la fertilidad?
La fertilidad puede verse afectada por la criptoruidia, pero solo en aquellos casos más severos. Esto se dan cuando los testículos no descendidos bilateralmente, es decir, en los que hay alteraciones histológicas irreversibles del tejido que produce los espermatozoides.
Según la opinión de profesionales médicos, la fertilidad de un hombre que ha padecido criptorquidia depende de:
- La uni o bilateridad
- Si se trató o no
- El momento en el que se trató
La fertilidad puede verse afectada por la criptoruidia
Un hombre con criptorquidia unilateral tratada quirúrgicamente en la infancia puede no tener problemas de fertilidad.
¿Cómo se trata la criptorquidia?
Existen varias vías de tratamiento:
Tratamiento quirúrgico: resulta ser el método más eficaz y consiste en la reubicación del testículo en el escroto. Se recomienda realizar la cirugía antes de los 18 meses de edad y siempre antes de los 5 años, para evitar que el cuadro se complique.
Tratamiento hormonal: sólo indicado en un reducido número de casos y lo determinará el profesional médico.
En la mayoría de los casos la criptorquidia es unilateral (un solo testículo no descendido) y las repercusiones en cuanto a fertilidad son menores que en la criptorquidia bilateral (ninguno de los testículos descendidos).
Los resultados de los tratamiento son buenos en testículos palpables, con éxito en el 90 por ciento de los casos, mientras que en los no palpables el pronóstico empeora.