Un tema controversial es si es bueno que los niños jueguen con pistolas o si es algo que modifica su conducta negativamente. Todos criamos hijos de diferentes maneras pero este tema es bastante delicado.
Algunas jugueterías ya han tomado medidas para retirar los juguetes militares de sus tiendas porque los consideran inadecuados para los niños y fomentan la violencia entre los niños.
Esta es la opinión de muchos padres, que tienen un principio muy claro: no hay armas en la casa. Los padres que deciden no comprar a sus hijos armas de juguete o hacer que las regalen.
La pregunta es obvia: ¿es normal que los niños jueguen con objetos que en realidad se usan para asesinar? ¿Eso los hace más agresivos? ¿Deberían prohibirse las armas de juguete?
¿Por qué no darles pistolas de juguete?
¿Son pistolas, ametralladoras, rifles, espadas, flechas, cuchillos, en la vida real las pistolas se usan para herir o matar? Aunque sea un juguete, transmiten valores negativos. Esto es suficiente para que muchos padres decidan no dar a sus hijos armas de juguete.
Se cree que la compra de un arma los alienta a cometer actos de violencia. No tiene sentido enseñar a nuestros niños a no golpear y herir a otros y luego comprarles una pistola de juguete, ¿verdad?
Es comprensible y respetuoso que muchos padres se opongan a comprar armas de juguete a sus hijos, pero el hecho de que no quieran comprarlas no significa que no puedan jugar con armas.
Es importante recordar que los juguetes son herramientas para jugar, y los niños deben ser libres de elegir qué y cómo jugar.
Un juego simbólico es el más importante para los niños, donde los niños juegan como los demás. No podemos y no debemos impedir que los niños jueguen a ser policías y ladrones, vaqueros o en la guerra, si lo sienten de vez en cuando.
Aunque decidas no comprarlas, los niños son un desperdicio de la imaginación y encontrarán la manera de inventar sus propias armas para jugar. Los hacen con trozos de Lego, usan un simple palo o toman un juguete como una pistola o una espada.
No se trata de lo que juegan, sino de cómo juegan. Por ejemplo, algunos videojuegos no son armas y fomentan la violencia, y los niños pueden ser agresivos jugando con muñecas o pelotas de la misma manera que juegan con armas. Y esto será algo emocionante, que debe ser resuelto en la forma en que juegan.
¿Eso los hace más violentos?
Un niño no será un asesino o un criminal solo porque lo dejemos jugar con armas de juguete, pistolas o cuchillos de mentira. No hay conexión entre el uso de armas de juguete en la infancia y el comportamiento agresivo en la adolescencia o la edad adulta.
Según Michael Thompson, psicólogo infantil, en el desarrollo de un niño desde el nacimiento hasta los 18 años no hay pruebas científicas de que jugar a los juegos de guerra en la infancia conduzca a la agresión en la vida real.
El comportamiento violento depende de muchas otras cosas: de la educación que les damos, de los valores que propagamos en casa y, por supuesto, del ejemplo que damos, de la forma en que nosotros, los padres, los tratamos. Padres agresivos, niños agresivos.
La mejor manera es evitar el uso de estos juguetes, apoyándose también en una crianza con valores y calma, sin golpes ni maltratos.