Así como les enseñan lo bueno, buscan enseñarle también lo que no es adecuado. Desde que son bebés, aprenden a dar sus primeros pasos y comienzan a tocar objetos, los reprendemos algunas veces con una palmada en sus manitos, un jalón de orejas o unos buenos azotes por el culete. Pero muchos padres se preguntan, ¿los azotes en el culete son buenos o perjudiciales?
Todos los padres quieren lo mejor para su niño. Desean que cuando sean adultos se vuelvan personas de bien, trabajadoras, amorosas y creativas. Por eso tratan de darles una educación integral desde el momento que nacen con la finalidad de lograr esos objetivos.
¿Será bueno o perjudicial esa acción?
A pesar que por muchos años esa era la forma usual de aprendizaje, pues fue la manera que usaron nuestros padres con nosotros, esta manera de aprendizaje ha puesto a debatir actualmente a expertos, padres y mentores.
Tendencias recientes de educación, afirman que es mejor usar otro tipo de prácticas para reprender a los niños. Ningún regaño físico ni verbalmente fuerte que les pueda causar estrés o traumas posteriores.
Un estudio hecho por la universidad de Texas y la universidad de Michigan que usó datos de más de 50 años de investigación, podría darle la razón a los que rechazan las reprimendas físicas. Según sus descubrimientos mientras más agredidos son los niños, son más susceptibles a exteriorizar esa agresividad.
Consecuencias de los azotes en el culete
Según la líder del estudio, profesora Elizabeth gershoff, de la universidad de Texas, dice que las palmadas están asociadas con efectos nocivos y no con docilidad. Por lo que son contrarias al objetivo que tienen los padres cuando intentan disciplinar de esa manera a sus hijos.
En el estudio se pudo conocer que las palmadas , es decir golpear a los niños con la mano abierta en las nalgas y extremidades, tienen el mismo efecto físico que los golpes recibidos en una pelea, aunque los padres puedan pensar que una palmadita no es tan severo.
Los niños pueden sufrir una cantidad inimaginable de problemas. Entre ellos comportamientos antisociales. Pueden sufrir de estrés, ser agresivos, tener problemas de salud mental y dificultades de aprendizaje.
Para llegar a estas conclusiones, según la profesora gerhoff , se estudiaron más de ciento sesenta mil niños, en lo que según el estudio publicado en la revista de psicología familiar de la universidad es el análisis más completo de este tipo que se a hecho hasta ahora.
Lamentablemente, esta es una práctica usual en las familias en todo el mundo, según la UNICEF el 80% de las familias en el mundo da sus azotes en el culete.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que decidas reprender a tu pequeño con azotes en el culete, piensa, ¿de verdad le estoy enseñando algo a mi niño?