Una de las cosas más inevitables cuando se es niño, es evitar las travesuras o los raspones. Esta una de las formas más sencillas de conocer el mundo que nos rodea. Además, es una de las edades donde no se ve ningún tipo de peligro o compilación.
Pero cuando se es padre, preocuparse por el bienestar físico y emocional de nuestros pequeños podría convertirse en una labor bastante dura. Ya que no se puede prohibir que los hijos sean eso, niños con ganas de explorar y descubrir sensaciones distintas.
Pasa saber cómo actuar cuando tienen raspones los niños es sencillo, además que la experiencia puede ser bastante útil en estos casos. No es necesario recurrir a un especialista para que atienda el caso. Aunque si la herida es profunda nunca está de más tener el número del doctor a la mano.
Mantener la calma
Entre la adrenalina que se siente cuando nuestros hijos se lastiman y el miedo que los pequeños atraviesan por el dolor y la sangre que corre por la herida, preocuparse o alarmarse puede convertirse en una actitud nociva que tienden a jugar una mala pasada.
Es necesario que los padres mantengan la calma para resolver la situación, no se puede decir mucho del niño ya que el dolor y el miedo de caer todavía inunda su pequeño ser. Con una cabeza que logre pensar con claridad, lo demás vendrá por si sólo.
Suena una tarea difícil, pero no imposible. Evite que la presión se apodere de su ser, es necesario respirar profundo para evitar que la situación empeore. Buscar los métodos apropiados y atender con efectividad la dolorosa situación del niño. Una actitud calmada le brinda tranquilidad al infante y lo ayuda a confrontar la situación de forma pasiva.
Desinfectar la herida de los raspones los niños
Luego de pasar por las lágrimas, es necesario desinfectar la herida lo antes posible. Cuando se producen las caídas, el contacto con el suelo y el raspón se exponen a una cantidad de bacterias bastante grandes, lo cual puede correr el riesgo de infectarse gravemente.
Con un poco de alcohol absoluto, unas motas de algodón y una crema cicatrizante bastante efectiva, nuestro pequeño podrá reducir las posibilidades de padecer una infección grave, aunque el dolor o ardor tarde un poco en eliminarse.
Si ocurre el caso de que la herida es bastante profunda, es necesario recurrir a un centro médico donde un especialista pueda realizar los procesos competentes. Es decir, si el niño necesita algún tipo de sutura o medicación especial, el doctor será el indicado para dicha situación.
Una lección aprendida
Entre caídas y tropiezos, tanto los padres como los pequeños podrán aprender una lección sobre la situación. Hacer ciertas cosas o maniobras serán más planificadas. Como decían las abuelas «para aprender de la vida, es necesario dejarse golpear por la realidad».
Los raspones no son un mal extremo, solo deben ser bien atendido para evitar infecciones. Con un buen desinfectante para heridas y unas cuantas palabras reconfortantes el infante volverá a estar de pie rápidamente como si nada hubiese sucedido.
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