Los macarrones con queso son una de las pastas más ricas en calcio y proteínas, importantes para el desarrollo de los huesos y los músculos de los bebés de más de 10 meses. Utilice una pasta pequeña para esto y si va a añadir guisantes, asegúrese de que estén lo suficientemente suaves para que su hijo pueda comerlos y no se asfixie.
A esta edad, los niños empiezan a comer solos y tratan de usar una cuchara, así que la pasta y el queso son ideales. Esta mezcla es compacta y se adapta fácilmente a la boca sin derramar líquidos.
Puede utilizar todas las demás pastas pequeñas del mercado, que es una pasta en forma de granos de arroz, en cuyo caso el plato tendrá el aspecto de un risotto. Puede reemplazar los guisantes por pequeñas flores de brócoli o ruedas de espárragos. Haga que su hijo se sienta como un adulto y entréguele macarrones con queso caseros especialmente preparados para él.
Incluso si su bebé está creciendo a su propio ritmo y todos los niños son diferentes, los expertos recomiendan que los niños tengan por lo menos de 8 a 10 meses de edad antes de recibir macarrones con queso y otras pastas.
Asegúrese de que su hijo pueda aplastar la comida con sus encías antes de probar los macarrones con queso.
Receta de macarrones con queso para bebés de más de 10 meses
Los macarrones, y la pasta en general, es uno de los alimentos que más gustan a los niños. Debido a su alto contenido en hidratos de carbono les aporta la energía que necesitan y además, admite múltiples combinaciones.
Ingredientes:
- 500 gramos de macarrones
- 250 gramos de queso para gratinar
- Harina
- Mantequilla
- Medio litro de leche
- Sal
- Pimienta
Preparación:
- Cocina los macarrones en una cazuela con abundante agua con sal y un chorrito de aceite durante 10 o 12 minutos, según indique el fabricante. Cuando estén en su punto, sácalos y deja que escurran bien.
- Para preparar la salsa de los macarrones derretimos en una sartén dos cucharadas de mantequilla y le añadimos otras dos cucharadas de harina. Removemos bien para que se mezcle todo.
- A continuación, añadimos poco a poco medio litro de leche, para ir formado una bechamel que no quede demasiado espesa. Añade la sal y la pimienta.
- Mezcla los macarrones con la salsa y cuando estén bien impregnados vuélcalos en una fuente de barro. Espolvorea todo el queso sobre los macarrones y deja que gratinen en el horno.
- Sácalos cuando el queso esté dorado. ¡Buen provecho!
No todos los niños aceptan las comidas de la misma forma. Siempre es bueno estar atentos a las reacciones del cuerpo del niño cuando se introduce un nuevo alimento. Su variedad de alimentos ira aumentando y su cuerpo va aumentando de tamaño.
No olvides ir aumentando las porciones conforme tu hijo va creciendo pero nunca obligarlo a comer si ya está saciado.
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