Se sabe que los pies soportan todo el peso corporal desde los primeros meses de vida y están expuestos distintos tipos de dolencias. Un problemas que suelen sufrir tanto niños como adultos son los pies cavos. Una patología muscular que no siempre es de gravedad, pero a la que es necesaria prestar atención médica.
Conoce en el siguiente apartado, la importancia que tiene esta entidad patológica con el bienestar pleno de los niños. Además aprende algunos métodos para mejorar esta condición en los más pequeños.
¿Qué es el pie cavo?
Este es definido como el aumento del arco interno del pie en un niño. Este es habitualmente una variante de la normalidad, al igual que el pie plano.Más específicamente se habla de una disfunción muscular de la planta de pie en la que el arco plantar es demasiado convexo.
En los niños puede tener causas hereditaria, por lo que es necesario observar la evolución y como se desarrolla según crezca el niño. Aunque conviene estar atento en primeras instancias al observar una bóveda plantar excesiva. Esto debido a que también puede tener una etiología neuronal.
¿Qué problemas conlleva los pies cavos?
En general esto no conlleva problema alguno, ya que no provoca dolor, limitación del calzado o actividad. Algunos niños, durante la adolescencia, pueden presentar dificultades en cuanto al calzado. Esto debido a que el mismo les produce rozaduras.
En ocasiones puede aparecer dolor alrededor del tobillo, en el lado externo del pie, o presentar dedos en garra. Así mismo puede existir una cierta inestabilidad que conlleve a la presencia de esguinces a repetición.
A diferencia del pie plano, el cavo tiene una mayor rigidez, por lo que su tolerancia a los esfuerzos e peor. Son muchas las ocasiones, en las que adolescentes consultan intolerancia al ejercicio y cansancio precoz al deporte.
¿Cómo el trata el pie cavo?
Por lo general no se suelen detectar antes de los 5 años. Si la malformación no es pronunciada puede corregirse con plantillas que amplían la superficie de contacto plantar del pie. Con el objetivo de lograr mayor estabilidad, también se recomiendan almohadillas y cuñas. Esto para aligerar y balancear el peso corporal con el que el paciente carga.
Usualmente estos no necesitan más tratamiento y los niños apenas notan las consecuencias de la disfunción muscular. Así mismo no debe olvidarse que desde pequeños se les puede enseñar las ventajas de andar descalzo. Esto para el correcto desarrollo de la musculatura del pie y aliviar la presión de cualquier calzado.
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