Para nadie es un secreto que los dulces son calorías vacías. La pregunta es: ¿en qué momento puedo darle dulces al bebé? Tu hijo necesita desde el primer momento tener una alimentación saludable. Necesita tener una fuente de nutrientes para el crecimiento de su cuerpo y mente sanos.
Es importante que recuerdes siempre que los hábitos alimenticios se aprenden temprano. Si le das alimentos que no debes a tu bebé cuando es muy pequeño, los adoptará. Lo que come marcará un impacto en su vida. Es por eso que debes encaminarlo con buenos hábitos.
Todo lo que prueba es nuevo para él. Los gustos que tendrá cuando grande los aprenderá de bebé. Los hábitos saludables deben ser permanentes para que sea un niño sano.
Por cuestiones de seguridad, no debes dar caramelos duros. Este tipo de golosinas puedes darlas después de los 4 años. Los caramelos duros pueden causar fácilmente un ahogamiento. Debes tener precaución pues por ser duros se deslizan en la boca. Cuando eso sucede no le da tiempo al niño de masticar y por eso se ahoga.
Cuando tienen 2 años puedes darle trozos pequeños de chocolate. Se derretirá en su boca y será fácil ingerirlo. Tu hijo descubrirá temprano que los dulces son muy dulces. Por eso debes cuidar de no darle en exceso. Si ofreces dulces a modo de recompensa, puedes sustituirlos por juguetes. Tendrán más entretenimiento con juegos que con dulces.
¿Puedo darle dulces al bebé? ¿Y sal?
Los alimentos por naturaleza tienen sal y azúcar. Los nutricionistas y dietistas pediátricos, recomiendan que no se añada ningún tipo de sal ni azúcar en las comidas de bebés. Los niños desarrollan sus papilas gustativas entre los 6 y los 24 meses. Así que antes no es necesario darle ni sal ni azúcar pues no sabrán.
Paso a paso tu bebé se dará cuenta que sus pequeños alimentos son deliciosos o solo pasables. Debes olvidar que tú ya conoces los dulces y salados. Tu hijo no los conoce, no debes pensar que a tu pequeño no le gusta su puré por estar “sin sabor”.
Esos errores son muy frecuentes pues los padres creen que sus hijos no van a saborear bien sus papillas. Lo jugos y comidas deben estar sin condimentar siempre. Mientras tu bebé esté alimentándose con papillas, jugos, purés y pudines no va a necesitar ni sal ni azúcar.
Cuando tu hijo crezca un poco y se integre a la mesa de adultos puede comer igual que tú. Puedes aderezar los alimentos pero sin exceder. Recuerda que debes comer sano por ti y por tu hijo. La sal puede perjudicar al organismo, pero los daños no se ven en la infancia.
A lo largo de la vida, el exceso de sal puede ocasionar problemas renales. La mejor enseñanza es el ejemplo, lo que tu comas, tu bebe también lo hará. Por otro lado, el consumo de azúcar en exceso o desde muy pequeño, puede traer problemas de salud.
Carie dental y obesidad infantil son los principales enemigos que combatir al darle dulces al bebé. La alimentación sana desde muy pequeño hará de tu hijo un adulto saludable.
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