Desde pequeños es importante que los niños aprendan valores, que les servirán para toda su vida, y la honestidad es uno de los más importantes.
Mucho se ha discutido acerca de quiénes deben inculcar los valores a los niños, si el hogar o la escuela. La clave está en que sea una tarea conjunta entre ambos, aunque ello no siempre ocurre.
La honestidad es la base de las relaciones con sus semejantes y por eso es importante que los niños aprendan este valor desde muy pequeños.
Es un valor que una vez aprendido y asimilado, se convierte en una actitud para toda la vida,
¿Qué es la honestidad?
Es un valor que una vez aprendido y asimilado, se convierte en una actitud que siembra confianza en uno mismo y en aquellos que están en contacto con esta persona.
Es importante predicar con el ejemplo, y ser honestos hace con que los niños actúen siempre con base en la verdad y en la justicia.
A continuación, te daremos algunos consejos para inculcar la honestidad en los niños.
¿Cómo aprenden los niños a ser honestos?
Será necesario, antes que nada, formar nociones, conocimientos, habilidades, sentimientos y emociones, vivencias y experiencias que lo lleven a ser honesto. Los más pequeños deberán aprender e identificar las ventajas de ser honestos.
- Debemos enseñar a los niños a que sean honestos consigo mismos, y que conozcan sus limitaciones, sus virtudes y defectos, y su conducta.
- Respetar a los demás, no apropiarse de lo ajeno, es ser sincero en la relación con el otro, es no mentir y siempre decir la verdad, por más dura que sea, son otros ejemplos que debemos inculcarles a los niños, para que comprendan el valor de la honestidad.
- La conducta honesta que desarrollen los niños, habría que saber premiarlas a su tiempo. El premio puede reforzar esta conducta en los niños.
- Las consecuencias de no ser honestos, debe ser conocida por los niños. Deberán darse cuenta por ellos mismos los problemas que representan la deshonestidad, la mentira y la falta a la verdad, en las relaciones con los demás.
La honestidad es la base de las relaciones con sus semejantes,.
- Predicar con ejemplos, es quizás una de las formas más correctas de enseñar los valores de honestidad a los niños. Ellos observan a los adultos decir mentiras u ocultar cosas, entonces aprenderán que la honestidad es algo que no les beneficia y que todo es válido mientras no se descubra la mentira.
- Por otra parte, si se les convierte en cómplices de un comportamiento deshonesto, no sabrán distinguir claramente entre lo que es correcto y lo que no.
Por eso la tarea deberá comenzar por los padres, en casa, y luego ser reforzada por la escuela. Deberá ser algo conjunto para que los niños crezcan en un ambiente sano y aprendan los verdaderos valores de ser buenas personas.