Llorar es un método de supervivencia de los niños que no saben cómo expresarse correctamente. Pero como padres, es súper importante conocer que NO decirle a un niño cuando llora.
La autoestima de un niño se desarrolla en los primeros años de vida. Las investigaciones demuestran que nuestros hijos ya tienen una actitud positiva o negativa hacia los demás a la edad de cinco años.
Hay frases que marcan a muchas personas de por vida. Pero cuando lloran, se les impide expresarse de esta manera, aliviando el estrés, el dolor o el miedo y guardándolo para sí mismos. Se crían reprimidos e introvertidos con miedo de expresar sus verdaderos sentimientos.
Índice
Estas son frases que NO decirle a un niño cuando llora
¡No llores! ¡Cállate!
Cuando llora un niño es terrible decirle que no lo haga, especialmente cuando lo decimos en un mal tono.
Llorar es para las chicas.
Basta de esta expresión sexista: ¿que los niños no tienen sentimientos? Cuando llora un niño, refiriéndonos a los varones, no tiene nada de malo.
¡Sólo las niñas lloran!
¿Y por qué estás llorando? ¿Guárdatelo para ti? Cuando llora un niño, debe hacerlo sin reprimirse.
Si sigues llorando, te daré una razón para llorar
¿Entiendes qué clase de amenaza es ésta? Si haces esto por accidente, cometerás violencia y castigo físico.
No exageres
Restarás valor de sus sentimientos. Cuando le decimos que no es tan malo como el cree, lo reducimos al mínimo.
Si lloras, sal de mi vista
En lugar de involucrarte, creas una brecha. Llegará un momento en el que no querrá hablar contigo sobre lo que le está pasando.
¿Qué debemos hacer ahora?
Dile que te preguntas qué le pasa, por qué llora. Admitir que su inmadurez puede llevar a la histeria y luchar contra ella con distracciones felices. Llama su atención sobre otra cosa. Acércate más a él. Abrázalo, hazle saber que lo amas.
El lloriqueo es el instrumento que los niños usan para atraer la atención de sus padres. También es una reacción a situaciones que no puede controlar o evitar, ya sea que tenga hambre, sueño o cansancio.
Estas lágrimas y gemidos pueden ser desesperante para los padres y pueden hacer que cometamos errores y les digamos cosas malas que pueden dañar su autoestima.
¿Por qué algunos niños lloran y otros no?
Es casi imposible determinar de antemano qué niños reaccionarán mejor y qué niños reaccionarán peor. Esto se debe a ciertos factores que hacen que el niño se sienta abrumado por la separación:
- Edad del niño; cuanto más pequeño sea el niño, más probable es que el niño se encuentre en dificultades cuando se separa de sus cuidadores. La edad de 7 a 12 meses es particularmente difícil, ya que los niños a esta edad experimentan la llamada ansiedad de separación.
- Nivel de comportamiento introvertido o extrovertido. Los niños que salen de la escuela generalmente ven el ambiente con otros niños como emocionante, mientras que los niños un poco más introvertidos pueden experimentar el mismo ambiente como abrumador.
Sin embargo, la introversión no es un defecto; los niños con introversión son más capaces de observar, ser más creativos y más reflexivos.
- Capacidad de adaptación al cambio. Algunos niños tienen más dificultades para adaptarse al cambio, lo que puede deberse al cuidado excesivo o simplemente a que les resulta más difícil adaptarse al nuevo entorno.
- La medida en que el niño está asociado con sus padres. En muchos casos, los niños más unidos pueden experimentar más sufrimiento desde una edad temprana, aunque esto no significa que los niños que no lloran no estén apegados unos a otros o que un mayor apego vaya en detrimento de la adaptación en la escuela.
De hecho, sabemos que los niños que han desarrollado buenas relaciones con sus padres también las desarrollan con sus maestros y compañeros de clase.