Niños extrovertidos: ventajas e inconvenientes

Los niños extrovertidos suelen ser bastante inquietos, impulsivos y deben ser estimulados en todo momento. Parecen incansables y parece que en cada momento necesitaran interactuar con alguien para ser felices.

Este rasgo de su personalidad, que parece ser muy ventajoso para un niño, muchas veces puede traer distintos inconvenientes en sus círculos sociales.

Muchos creen que los niños extrovertidos poseen un desarrollo intelectual superior a la media, pero no siempre esto es así. Por eso te explicaremos más acerca de este tipo de personalidad.

¿Cómo son los niños extrovertidos?

Tanto la extraversión como la extroversión son una característica dentro del rasgo de la personalidad de un individuo. Esto no es bueno ni malo, ya que dependerá de cada niño y su forma de relacionarse con su entorno.

Lo ideal será que exista un equilibrio entre ambos tipos de personalidad. No está mal que una de ellas predomine en los niños, siempre que no anule por completo a la otra y se vayan compensando ambas.

¿Qué ventajas tiene un niño extrovertido?

Se pueden describir las siguientes:

• Es difícil que se aburran o se sientan solos: su carácter abierto los hace tener amigos con facilidad
• Son buenos líderes: les gusta ser colaborativos y equitativos.
• Los hace menos propensos a padecer dolencias psicosomáticas: como los dolores de estómago o tener jaquecas.
• Pueden y saben sobreponerse a problemas: aquellos que se les presentan son aceptados y se sobreponen a ellos.
• Son niños con la autoestima alta: esto es un rasgo positivo de su personalidad si lo saben controlar.

¿Qué inconvenientes tienen?

Entre los principales inconvenientes de tener una personalidad extrovertida, se encuentran:

Necesitan llamar la atención: por eso su entorno lo suelen ver como el “payaso” del grupo y muchas veces no se lo toman en serio.

Pueden ser arrogantes: debido a su alta autoestima pueden menospreciar las opiniones de los demás y así perder amigos

Suelen distraerse mucho en el colegio: ya que su actividad se suele centrar en hablar con otros compañeros más que en atender a los profesores.

Hablan muy rápido: mucho más que el común de los niños y no suelen pensar lo que dicen lo que hace que se equivoquen en la manera de expresarse. Esto provoca malos entendidos.

Los adultos deberán estar atentos ante un niño con estas características de personalidad, y deben supervisar continuamente el comportamiento de los niños para saber guiarles de manera adecuada.

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