Gatear es el primer modo en que se desplaza un bebé. Consiste en ponerse sobre sus manos y rodillas, popularmente conocido como ‘a cuatro patas’, y moverse de un lado a otro para curiosear y explorar el mundo, un lugar muy nuevo y muy grande para él.
Una vez ha aprendido a dejarse caer sobre sus cuatro extremidades, comienza la fase de perfeccionamiento. Se mueve hacia delante y hacia atrás presionando sobre sus rodillas.
Gatear es una excelente actividad, pues no solo le permite explorar, también sirve para reforzar sus músculos. Así, el siguiente paso será caminar solo, aunque para eso quedan unos meses.
Cuándo empieza a gatear
Por lo general, los niños más avezados comienzan a gatear entre los 6 y los 7 meses. Algunos tardan un poco más, pudiendo irse hasta los 10 meses. Pero es en esta franja cuando los bebés ya se desplazan sobre sus extremidades y desarrollan su musculatura.
Algunos niños comienzan antes a moverse sobre su culito. Es decir, se sientan y se apoyan sobre las nalgas y se impulsan con las manos y los pies.
Otra opción que se observa en algunos peques es moverse sobre su panza. Se acuestan boca abajo sobre el suelo y se ayudan de manos y pies para el desplazamiento.
Otros, por el contrario, se saltan la fase del gateo. No llegan a aprender a gatear, y van directamente a caminar. Normalmente, a partir de los 10 o 12 meses ya se pueden sostener y andar pequeñas distancias los bebés más precoces.
El aprendizaje del gateo
El bebé aprende a gatear poco después de saber sentarse bien sin necesidad de apoyos. Es decir, una vez puede mantener su cabeza y su torso erguidos por sus propios músculos, cuando tenga entre 6 y 8 meses, estará en disposición de aprender el ‘noble arte del gateo’.
Es en este momento, con la espalda suficientemente fuerte, cuando ya puede hacer fuerza para levantarse del suelo e impulsarse como pies y manos.
El aprendizaje es gradual, y dura un par de meses. Si se siente confiado en la postura de sentado, querrá ir a más. Verás que se puede balancear. También el peque observará que tiene cierto control sobre sus extremidades y su tronco.
Un niño normal, sabrá entre los 8 y 10 meses que si empuja con sus rodillas, se puede desplazar. Esta propulsión le servirá para disfrutar de su movilidad, así que lo intentará una y otra vez. Pasará del gateo a la sentada y practicará, pues su curiosidad le anima a ello.
Luego, perfeccionará el gateo cruzado. O sea, moverá brazos y piernas opuestos simultáneamente. Con la práctica, alcanzará velocidades de vértigo.
Así que, si quieres ayudar a tu pequeño a gatear, recuerda darle tiempo para que se sujete sobre la panza. También lo puedes incentivar para que se mueva animándolo a que coja cosas. Pero, sobre todo, recuerda no quitarle ojo. El niño no es consciente de los peligros que le rodean, así que asegura tu casa y vigila para que no se meta en líos innecesarios.
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